DE BARBARROJA AL PETROLEO
Desde que en 1514 el pirata y almirante otomano Hayrettin Barbarroja
(curioso que un hombre nacido en la femenina Lesbos fuese tan fiero y temible)
asolara Menorca y dejase suelto un caballo en la playa con un mensaje atado en
su crin: “Soy el trueno de los cielos. Mi venganza no se saciará hasta que os
haya matado a todos y esclavizado a vuestras mujeres e hijas”, desde entonces,
digo, las Baleares no habían conocido una amenaza mayor que la de las
prospecciones petrolíferas.
Lo terrible es que algunos políticos, ¡incluido un ministro
de expresión perennemente estreñida!, estén a favor de tal amenaza y nieguen la
soberanía de España para frenar tal delirio. Eso es como tener el enemigo en
casa, pactando un dinero para su bastardo interés mientras machaca al pueblo
que debería servir. Pero la historia demuestra que tales traidores suelen
acabar muy mal…
Las Baleares vivieron una época turbulenta (Formentera fue
durante décadas una formidable base naval de piratas berberiscos) e incluso
Felipe II llegó a dar la orden de evacuación. Pero la batalla de Lepanto y el
bravo Don Juan de Austria derrotaron al Turco en la más grande batalla naval de
la historia (curiosamente nada estudiada por nuestros delirantes colegios y
sistemas educativos de leyenda negra), cuando España salvó el Mediterráneo
occidental para la Cristiandad.
Entonces vino también el tiempo de los formidables piratas
pitiusos. A sangre y fuego asolaron las costas de Berbería, vengándose de
tantos familiares muertos y esclavizados
Ahora también necesitamos un bravo Don Juan que pare los pies
al turco Soria y las insaciables multinacionales petrolíferas. Y también
necesitamos que Ibiza dé nuevos corsarios que luchen contra una amenaza tan
delirante como peligrosa para los intereses de toda Baleares.
La sociedad se está movilizando y hasta los políticos isleños
están arrimando el codo. Si no se para este tenebroso proyecto, todos los políticos
deberían dimitir si tienen honor, pues no pueden ser partícipes de la decisión
del nefasto Zoteparo y el lavado de manos a lo Pilatos sin pelotas de un PP que
no se atreve a parar lo que tanto criticaba antes de las elecciones.
Ibiza siempre ha sido una isla de experimento. Si consigue
vencer a la voracidad de las todopoderosas multinacionales del petróleo, habrá
logrado un nuevo hito que será seguido en el resto del planeta. Y si no, es que
estamos vendidos al negro postor, que España no tiene soberanía y que los
políticos solo merecen desprecio.
Hay una partida importante en el tablero del destino.