lunes, 24 de febrero de 2014


DE BARBARROJA AL PETROLEO

 

Desde que en 1514 el pirata y almirante otomano Hayrettin Barbarroja (curioso que un hombre nacido en la femenina Lesbos fuese tan fiero y temible) asolara Menorca y dejase suelto un caballo en la playa con un mensaje atado en su crin: “Soy el trueno de los cielos. Mi venganza no se saciará hasta que os haya matado a todos y esclavizado a vuestras mujeres e hijas”, desde entonces, digo, las Baleares no habían conocido una amenaza mayor que la de las prospecciones petrolíferas.

Lo terrible es que algunos políticos, ¡incluido un ministro de expresión perennemente estreñida!, estén a favor de tal amenaza y nieguen la soberanía de España para frenar tal delirio. Eso es como tener el enemigo en casa, pactando un dinero para su bastardo interés mientras machaca al pueblo que debería servir. Pero la historia demuestra que tales traidores suelen acabar muy mal…

Las Baleares vivieron una época turbulenta (Formentera fue durante décadas una formidable base naval de piratas berberiscos) e incluso Felipe II llegó a dar la orden de evacuación. Pero la batalla de Lepanto y el bravo Don Juan de Austria derrotaron al Turco en la más grande batalla naval de la historia (curiosamente nada estudiada por nuestros delirantes colegios y sistemas educativos de leyenda negra), cuando España salvó el Mediterráneo occidental para la Cristiandad.

Entonces vino también el tiempo de los formidables piratas pitiusos. A sangre y fuego asolaron las costas de Berbería, vengándose de tantos familiares muertos y esclavizados

Ahora también necesitamos un bravo Don Juan que pare los pies al turco Soria y las insaciables multinacionales petrolíferas. Y también necesitamos que Ibiza dé nuevos corsarios que luchen contra una amenaza tan delirante como peligrosa para los intereses de toda Baleares.

La sociedad se está movilizando y hasta los políticos isleños están arrimando el codo. Si no se para este tenebroso proyecto, todos los políticos deberían dimitir si tienen honor, pues no pueden ser partícipes de la decisión del nefasto Zoteparo y el lavado de manos a lo Pilatos sin pelotas de un PP que no se atreve a parar lo que tanto criticaba antes de las elecciones.

Ibiza siempre ha sido una isla de experimento. Si consigue vencer a la voracidad de las todopoderosas multinacionales del petróleo, habrá logrado un nuevo hito que será seguido en el resto del planeta. Y si no, es que estamos vendidos al negro postor, que España no tiene soberanía y que los políticos solo merecen desprecio.

Hay una partida importante en el tablero del destino.

 

 

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