martes, 16 de septiembre de 2014

COINTREAU PARA CASANOVA


Winston Churchill confesó con euforia a su médico que sustituir el coñac por una botella de Cointreau tras el almuerzo, disminuía sus dolores de gota y además le ayudaba a dormir la siesta. (Por cierto que la siesta fue una sana costumbre que el guerrero británico adquirió en Cuba, cuando cubría la guerra entre España y Estados Unidos como periodista.)
Aparte de que es fundamental en la preparación de las margaritas, yo siempre tengo una botella de Cointreau en mi bar por si acaso hay alguna visita melosa. Aunque una vez una coqueta rumana, pariente del decadente hospodar Mony Vibescu, prefirió beberse la colonia Álvarez Gómez que guardo en la nevera (es un gustazo echársela fresquita), lo que la valió una resaca de nueve grados en la escala Richter.

El Cointreau da sueños dulces y algo disparatados, pero también desvelos iluminadores. A mí me dio por pensar que los manifestantes de la Diada confundían a Rafael Casanova con Giacomo Casanova. ¿Cómo si no van a hacer héroe de su independencia a un patriota que luchaba por la unidad católica de España en la Guerra de Sucesión? Giacomo, por otra parte, se consideraba muy veneciano (aunque su abuelo era de Zaragoza) pero también ciudadano del mundo, tal y como escribió en sus  voluptuosas memorias.

La paja mental de los independentistas catalanes está regada con alcohol del malo, puro garrafón de tabernero gañan. Por eso salen con tanto odio y pelmazas consignas. A Pla le gustaba un buen whisky y, como Tarradellas, detestaba a Pujol. Ya intuía la corrupción mafiosa que iba a empobrecer Cataluña y provocar una peligrosa fractura social. Naturalmente la banda del enano quiere la independencia para seguir robando impunemente. ¡Pobres catalanes! Divide y vencerás, piensan desde la masía al tiempo que lanzan sus tentáculos a los docentes sin vocación de Baleares, los mismos que, junto a algunos políticos cainitas, prohíben que se pueda estudiar en español en España.
Porque en las islas tenemos una guerra al TIL, que defiende que los alumnos puedan estudiar en español, inglés y lenguas baleáricas. El español que hablan 550 millones de personas en el mundo es también la segunda lengua de Estados Unidos. Merece la pena aprenderlo bien, porque abre muchas puertas. Si además estas islas viven sobretodo del turismo, sería propio de mentecatos pretender condenar a los escolares a parlar solo el catalán, tal y como hizo el PP con la anormalización lingüística que hoy Bauzá quiere arreglar.

 

 

sábado, 13 de septiembre de 2014

CONTRA LA RESACA

 
Un amigo me llama desde la Selva Negra  para descubrirme un nuevo cocktail. Hay que ir a una de esas tiendas ecológicas y comprar un zumo de remolacha que mezclamos en coctelera a partes iguales con vodka y zumo de limón. Se decora con una cuerdecita colgando del vaso para que tenga aspecto guarrindongo.

Pese a que parezca un tampax, el resultado es magnífico para combatir la traicionera resaca y hacer un corte de mangas a los filisteos  enemigos del placer y defensores de los valores espartanos. Estoy de acuerdo con Erich Fromm que quizá no exista fenómeno con mayor carga destructiva que la “indignación moral”, que permite actuar a la envidia y al odio disfrazados de virtud.

Vivimos en una época donde se habla despectivamente del hedonismo, como si el amor al placer imperase  en esta época profiláctica. Prohíben fumar, sirven garrafón en vez del sano alcohol, inventan epidemias en laboratorios, solo defienden el pleno empleo para poder pagar hipotecas y que los usureros—shylock que no saben gastar ni mucho menos vivir—impongan sus dogmas.

Los espartanos eran unos coñazos. Eran mucho mejor los habitantes de Sibaris, quienes enseñaban a sus caballos a bailar.

Pero hoy nos tratan de intoxicar con Esparta, quienes tanto presumían de guerreros y de ascetas pero que luego vendieron vergonzantemente Grecia a los persas, logrando asombrar a los corruptos atenienses.

Sí, no hay duda que la Guerra del Peloponeso también es buena en esta mañana de resaca. Y también leer una interesante carta de la novelista George Sand a Flaubert: “Los realistas han hecho una elección que traiciona la realidad, dado que obedecen a una convención arbitraria que les conmina a representar solo la cara oscura del mundo. Los nihilistas traicionan no el Bien, sino lo Verdadero”. Es el inocente placer de vivir por vivir, el sagrado gozo de la propia espontaneidad, lo que quieren asesinar estos nuevos cuervos de lo políticamente correcto que odian el vistoso color de los papagayos.

Por eso a mí me gusta mucho más la romántica princesa Salambó que la boba burguesa Emma Bovary.

Seguimos en plena guerra y el Peloponeso está en llamas. A un lado los bélicos predicadores ascetas, al otro los pacíficos practicantes hedonistas. Que cada uno tome el partido acorde a su naturaleza. Yo marcho solo con mis leones y la certeza de saber quien soy, mientras bebo esta mezcla guarrindonga que aclara mis deseos y enturbia mis obligaciones, y sé que estoy con los que prefieren el amor a la guerra. 

 

 

 

lunes, 8 de septiembre de 2014

INFLACIÓN SEXUAL


El próximo boom económico europeo lo protagonizará la poderosa tarántula germánica (así se refería Bismarck a sus paisanos). En su parlamento debaten que las prostitutas declaren impuestos y hasta pretenden establecer una tarifa mínima por faena, pretensión que secundan las daifas más veteranas, que andan escandalizas por cómo bajan los precios ante la masiva llegada de las chicas de más allá del Elba.
 Alemania cuenta tres mil burdeles absolutamente legales y estima seiscientas mil trabajadoras del sexo (muchas registradas, sindicadas con carné que pasan controles médicos obligatorios). Eso son más cotizantes que Siemens y Volkswagen juntos, y los pragmáticos teutones no lo van a dejar escapar. Además siempre debaten este tipo de cosas en verano, para demostrar a sus socios mediterráneos que son tan abiertos de mente como de piernas. Sirva de ejemplo que el verano pasado el debate fue el poder asistir al Bundestag acompañado de sus mascotas.
Francia declaró la guerra a Madame Claude—¡cuántas damas de la sociedad internacional temen su nombre mientras deberían estar agradecidas a tan gran celestina!— y ahora los galos peregrinan a los burdeles de La Junquera como antes los españoles iban al cine en Perpignan.

En España la cosa está que arde. Posiblemente sea Valencia la zona con más lupanares por metro cuadrado del planeta mientras que el circuito ibicenco de Lío-Cipriani-Pachá recuerda al malecón habanero, pero con stilettos en vez de chanclas. Hace años hubo en las Pitiusas una madame formidable—hoy casada con un industrial holandés—pero actualmente echar una cana al aire es bastante parecido a un safari.
Famoso fue el burdel de la señora Rius, en Barcelona. Por allí pasaron desde un cachondo Nobel como era Camilo José Cela (cuando se presentó como académico de la lengua, una hetaira le respondió: ¡Anda ya, marrano!), hasta el genio de Salvador Dalí, que  marchaba acompañado de una corte de hermosas modelos y ambiguos efebos. Dalí también ordenaba todas las chicas del burdel, que le hacían corro como si fuera un sacerdote pagano, y luego mandaba traer un pato al cual sodomizaba mientras cortaba su cuello.

Existe una asociación de prostitutas españolas que exige su regularización, pagar impuestos y cobrar la pensión del estado de bienestar actualmente en crisis. Alegan además que sería un duro golpe contra la trata de blancas. El insaciable ministro Montoro debe andar estudiando el caso, que puede sanear las arcas públicas como un polvo rápido. De momento ya incluye su cálculo en el PIB.

jueves, 28 de agosto de 2014

LA POLACA DE WALTER BENJAMIN
 

Una polaca vertiginosa entró en el bar Migjorn, en Ibiza. Se acercó a la barra y ordenó dos copas de una temida ginebra de setenta grados. Paseó una mirada refulgente sobre la asombrada concurrencia antes de apurarlas en un par de tragos. Luego cerró los ojos relamiéndose y barbáricamente retó: “¿Alguien se atreve a beber conmigo?”.

El filósofo Walter Benjamín recogió el guante porque pese a toda su serena inteligencia tiran más dos tetas que dos carretas. El hombre más cerebral queda siempre desnudo como un niño caprichoso ante la aparición de una diosa ligera de cascos. Una Ishtar que sonríe a quien decide seguirla al borde del precipicio, donde flota un mensaje como señuelo burlador de caballeros errantes: “¡Salta! no es tan ancho como parece.”

 Walter Benjamín experimentó el raptus y, ante el asombro de sus amigos, traicionó su consciente sobriedad. Bebió a la polaca en su ginebra, sintiendo dos balas de plata perfumadas de enebro entrando en su palpitante corazón.

Resistió unos minutos más la acariciante mirada de la divina traviesa y salió a trompicones al exterior. Allí se tambaleó y fue sujetado por su amigo Jean Selz. Durmió la mona soñando navegar por mares lunáticos con damas de armiño.

A la mañana siguiente despertó temprano y (¿complejo de culpa?) escribió una nota lamentando su comportamiento. Marchó a su casa de San Antonio, probablemente a darse un buen baño en la bahía.

Debo preguntar al poeta Vicente Valero sobre este episodio de la vida de Benjamín. ¿Cómo uno de los filósofos más lúcidos del disparatado siglo XX cayó en la tentación de semejante reto alcohólico? Probablemente responderá que la poesía es la facultad más poderosa del mundo y la polaca estaba literalmente para bebérsela. 

La noche permite seguir estelas imposibles durante el día. Todas las gatas son pardas y el velo de Tanit descubre poderosos motivos del corazón que la razón desconoce. A veces cae uno bajo el influjo de lo mágico y se sueña un avatar de sí mismo…, especialmente si suena la música mágica del grupo cubano Van Van. Su  maravilloso ritmo es energía contagiosa que invita al gozo de vivir, todo lo contrario de los vampíricos pichadiscos electrónicos. Escuché a Van Van en La Casa de la Música, en La Habana. Bebí daiquiris enamorados mientras bailaba a lo derviche, y hoy declaro fervorosamente que merece la pena aguantar un poco más en pie para alcanzar las promesas divinas.

 Como sabía el mago Cela: el que resiste, gana.

 

viernes, 15 de agosto de 2014

LA IBIZA DIONISIACA

 

Baco, como Shiva, es el dios de la embriaguez, del vino y de los éxtasis orgiásticos. Baco es Dionisos, el dios que tras pasar una temporada por la India dravídica (anterior a los arios) regresa con la vid al Mediterráneo, transforma a los piratas en delfines, da una patada a los serios ascetas que reniegan del placer vital, hace el amor a sus mujeres y promueve el gozo y la ausencia de compromiso como prácticas filosofías de vida. Sin duda es un poderoso enemigo del sistema.

 Sus compañeros son los bhaktas, bribones celestiales que encarnan la alegría de vivir, el valor y la fantasía; juerguistas perpetuamente en celo y buscando buena fortuna; irreverentes, algo chiflados, a los que ningún savonarola de turno puede regañar so pena de sufrir la ira del dios: ¡Yujuju! era su vieja exclamación ritual.

El dios Bes, que da nombre a Ibiza, podría ser un perfecto compañero dionisiaco. Procedente de la mitología de los pigmeos africanos, pasó al panteón egipcio y de allí vino navegando con los cartagineses hasta fundar Ibiza hace 2700 años. Protege el sueño de los niños, ahuyenta los animales venenosos, alienta a la danza, la risa, el sexo y cuida de que las al.lotas no permanezcan demasiado tiempo doncellas.

Ibiza siempre ha sido una Arcadia con rasgos shivaitas: Ausencia de clases (“en Ibiza hay hijos de pescadores, hijos de payeses e hijos de puta”, escribía Isidoro Macabich), amor libre, gran poder femenino (ellas escogían su marido y, si no, se fugaban con el que las gustaba) y una tolerancia magnífica de vive y deja vivir, pero sin dar el coñazo, propia de bravos descendientes de corsarios.

Pero estos días Ibiza se llena de gañanes que quieren hacer su agosto. El negocio es la negación del ocio, y ahora está atiborrada de relaciones públicas-púbicas, cordones de very impossible people, tristes clubbers que semejan zombies, pastillas psicodélicas sin respeto por el iniciático traspaso de los límites sagrados, una masificación de insaciables políticos que se columpian en el banano autonómico, patanes personal assistants, aburridos aspirantes a gurús y un aberrante bakalao electrónico que mata cualquier atisbo de sensualidad más allá del aquí te pillo, aquí te mato.

Naturalmente la isla ofrece escapadas para el que sabe ir por libre. Las masas quieren ir todas donde va Vicente, y son temerosas de la senda dionisiaca. En los bosques pitiusos y calas solitarias se escucha todavía la flauta de Pan al emerger de la siesta.

 

 

viernes, 8 de agosto de 2014


PUTERIO EN LA POLITICA

Caminaba el genial Francesc Pujols por la Rambla acompañado por unos jovencitos Salvador Dalí y Josep Pla—la rauxa y el seny— cuando una flor envenenada le salió al paso. Ella lo atrajo con guiños y movimientos de su falda, dejando ver unas piernas morenas hasta la ingle, allá donde en el vórtice de los muslos se encuentra eso que Paul Morand denominaba el cucurucho untuoso.

Venga conmigo señor, que le voy a hacer esto y lo otro. La daifa entró en detalles con el vocabulario heredado de un puerto milenario, canalla y sentimental. Fueros tan prolijas sus promesas carnales, tan abundantes sus descripciones durante una buena media hora de safari sensual, que al fin Pujols se quitó el sombrero y dijo solemne: Señora, como si me la hubiese tirado.

Y el trío siguió caminando por la Barcelona modernista, corsaria y señorial, sin querer imaginar que años más tarde su urbe cosmopolita sería jodida por una mafia de avaros payeses.

Cierto es que tanto Dalí como Pla despreciaban al enano que jamás mira a los ojos (¡cuánta diferencia con el digno Tarradellas!) que pretendía hacer de toda Cataluña y más allá, Valencia y Baleares, su masía particular donde cortar la coca. Pero el poder es harto vulgar y carece de cualquier erótica (salvo para Kissinger y algunas lectoras de Harold Robbins). Es pornografía pura y dura y allí se solazan, en la orgía del ruedo ibérico, la mafia dirigente que predica como Cristo viviendo como dios un nuevo todo para el pueblo pero sin el pueblo, y encima sin modales versallescos.

El enano ha servido mientras pactaba con populares o socialistas (a eso aspiraba la sultana de Mallorca, pero pese a los esfuerzos de tanto docente subvencionado, la paja mental nacionalista no tiene calado en Baleares). Y tensó tanto la cuerda independentista que la butifarra ha estallado mostrando la hez con que estaba rellena.

Los políticos son los principales responsables de este triste fin de fiesta. Su insaciable voracidad a la sombra del banano público les ha convertido en enemigos del pueblo, que piensa a lo Groucho: Un político es alguien que busca problemas, los encuentra, emite un diagnóstico falso y aplica la solución equivocada.

La regeneración política es fundamental en este reinado. Posiblemente traiga una nueva ola de puritanismo. Pero mejor eso que el bochinche sangriento que vendrá en forma de revolución populista si los macacos de la cosa no reaccionan.

Mientras tanto, sigamos paseando con Francesc Pujols.

miércoles, 9 de julio de 2014

LOBOS DE MAR, SIRENAS, CHACALES Y BAKALAO
 

La mar, la única patria de los hombres libres que cantasen los románticos Byron y Espronceda (el corsario cojo y el pirata enamorado de sí mismo), es permanentemente violada por los chuflas que toman sus vacaciones en los tórridos meses estivales. Hace pocas semanas todavía podías fondear solitariamente en las playas de Comte, Espalmador no semejaba un puerto deportivo, Salinas no era la feria de las vanidades, en Es Cavallet no era necesario proteger la virginidad con el corcho de una botella de Borgoña…

 Sin embargo, ahora, como la mayoría de la gente desea verse, olerse, tocarse y comprobar quien la tiene más grande…eh, me refiero a la embarcación, naturally, pues todos marchan en pagana procesión a los mismos sitios de fondeo. Y si te ven gloriosamente solo, piensan que te aburres (cree el ladrón que todos son de su condición) y echan el ancla a dos metros de ti, lo suficientemente cerca para que, cuando el voluble viento del Mediterráneo te haga bornear, los barcos colisionen entre sí y se pueda iniciar una charla pueril. ¡Una panda de marineros de agua dulce!

Bueno, pero a esos todavía se les puede evitar. Incluso ahora puedes encontrar lugares paradisíacos en las Pitiusas alejados de las hordas de bárbaros que marchan en lanchas rápidas. Vaya horteras de pacotilla: ¿Quién tiene prisa en la mar? La dimensión acuática es un mundo que merece otra consideración temporal: los pensamientos, el ensueño, la lectura de los poetas malditos, un ron de Barbados, un puro habano (What´s a cigar without Habana, que cantaba Cole Porter), el primer beso de ella (da igual que la conocieras hace un siglo; cuando navegas con algunas hembras excitantes la magia del primer beso jamás se pierde), los misteriosos etudes de Chopin interpretados por ese cachondo bon vivant llamado Arthur Rubinstein…son un placer que se extiende como las olas invisibles de un océano sin límites cuyas ninfas y sirenas te acunan eternamente.

 Solamente los tibios sin capacidad de imaginar ponen fronteras al arte de gozar. Y por eso van con prisas.

Sin embargo, hay una raza omnipresente. Tanto que da igual que estés en el más recóndito rincón de Las Molucas o en viendo el atardecer desde Las Bledas. Me refiero a los histriónicos jinetes acuáticos de las motos de agua. Ese invento infernal que atruena estruendosamente invadiendo la música callada del vals azul de las olas. Te pasan afeitando el casco del barco, te despiertan en lo mejor del sueño, te salpican un Martini que ya nunca estará lo suficientemente dry…

 Es el momento de empuñar el mauser con el que seguías el rastro en la arrasada sabana de los viejos elefantes africanos. Ah, uno puede sentirse Horacio Nelson abrazando con un solo brazo a Lady Hamilton cuando mandas al cementerio marino a esos papanatas que disturban la poesía de los momentos mágicos.

Los marinos debemos protegernos también frente a las abominables barcazas atestadas de turistas deprimentes color langosta termidor. Esas mismas cuyos patrones-patanes son vulgares piratas y permiten un estruendoso bakalao electrónico que atruena en demasiadas millas a la redonda.

Muchos lobos de mar tienen ganas de ponerles una bomba lapa y hacer un agujerito en su casco mientras fondean en los puertos pitiusos. Las barcazas se aprovechan de la negligencia criminal de los políticos, tan raudos en legalizarlo todo, pero que hacen la vista gorda con esta nueva ralea de chacales del mar.

El dandy decadente de la brillante acera de enfrente, Oscar Wilde, ya decía que las cadenas del matrimonio son tan pesadas que se necesitan más de dos personas para poder soportarlas. Tal vez por eso el swinging o intercambio de parejas está muy de moda, también en las anárquicas Pitiusas. Nada que objetar, naturalmente, aunque uno siempre prefiere la aventura de un safari nocturno, el encuentro furtivo en una cala o incluso el ligue proteínico en la cola del mercado. Pero vivimos una época de proliferación de sectas que se hacen llamar clubes. La gente tiene miedo de sentirse sola y ese gozo divino que es la sagrada espontaneidad ha sido desbancado por la planificación absoluta, llegando al punto de saber dónde y cuándo la recíproca cornamenta con la parienta se hará efectiva.

Ayer mismo, fondeado al pie de Sa Foradada, cerca de cala Salada, un barco fletado únicamente para el swinging se dejaba ver a pocos metros de la costa. El espectáculo hubiera hecho las delicias de Calígula, pues la orgía en cubierta era desenfrenada. Varias casas sacaron sus telescopios e incluso un vecino fue más allá del triste voyeurismo y se dedicó a grabar la cópula de unas veinte parejas que cambiaban según fuerzas y voluntad.

Pero lo verdaderamente grosero es que la panda de exhibicionistas se agitaba al ritmo abominable de un bakalao electrónico a un volumen ensordecedor. Destrozaban la armonía de la tarde y cualquier delicia erótica con esa música solo apta para nanotecnólogos o zombis de pastillita (también follaban como robots, se notaba que no conocían la cadencia del bolero, el sabor del calypso, la dulzura de la samba, el galope del mambo…)

El estado del ánimo es un ritmo, y la sociedad se está embruteciendo vertiginosamente, olvidando la cortesía e ignorando el sentido común. Occidente ha logrado la mayor opulencia general de la historia, pero la parte animalesca del hombre tira al monte. ¿Por qué si no la cultura es hoy la última mona? ¿Y el paleto sacrilegio de muchos festivales, vivos gracias a subvenciones públicas, pero que machacan las obras de Wagner y Verdi con puestas en escena grotescas? 

¿Seguirá siendo este verano la mar la única patria de los hombres libres?

 

 

 

miércoles, 25 de junio de 2014

ARMAS DE DISTRACCION MASIVA

Los recientes atentados terroristas en Kenia castigan duramente al turismo que proyectaba ir este verano al país. Les pasa últimamente justo ante de los periodos vacacionales, sean en Navidad, Semana Santa o el estío, como un oportuno torpedo en su poderosa industria turística. 

El lugar del ataque, Mpeketoni, está a cuarenta kilómetros de la legendaria isla de Lamu, donde no hay grandes hoteles y los viajeros tienen alergia a cualquier viaje organizado. He vivido aventuras en esa isla bendita alejada de aberrantes turoperadores. Al estar libres de grandes complejos hoteleros, no notan tanto el bajón. Siguen yendo los de siempre. No pasará lo mismo con Malindi, donde los italianos son los principales inversores, ni con South Coast, llena de intereses turísticos alemanes e ingleses.

Lo curioso y que nadie explica es la situación legal de costa keniata. Tras la independencia del imperio británico—se acaban de cumplir cincuenta años—Kenia aceptó que su costa siguiera regida por la ley del sultanato de Omán, algo que incluso los ingleses respetaron. Sus habitantes son de ascendencia musulmana desde hace siglos. Ahí puede estar la base del conflicto, pues la mayoría política del país—en este caso kikuyu,  de religión cristiana—aspira a manejar también la costa y su poderoso mercado: Mombasa es el principal puerto de Africa del Este.

Kenia es un país riquísimo y su clase política es la mejor pagada del mundo, con un nivel de corrupción que, aunque parezca increíble, deja en bragas al de España. Las tensiones entre China y Estados Unidos son constantes en este gran país que es llave del próximo oleoducto, con todo el petróleo de Sudán del Sur, que desembocará en el megaproyecto del puerto de Lamu. A menos turistas, menos protestas…

El grupo terrorista Al Shabah reclama la autoría de los atentados mientras exige la retirada de las tropas keniatas en la anárquica Somalia. Pero las informaciones son oscuras en todo lo que respecta a este grupo de reciente creación. Hay continuos rumores de conspiración de una violencia interesada, de una geopolítica aparentemente incomprensible que es la misma que ha arrasado países prósperos—en comparación con sus vecinos— como Irak,  Libia y Siria, hoy en mucho peor situación de la que tenían estaban con sus conocidos dictadores, que por otra parte respetaban la diversidad religiosa.

Las informaciones periodísticas son incompletas y se convierten en un arma de distracción masiva a beneficio del poder en la sombra. A río revuelto, ganancia de algunos pescadores.  

 

 

jueves, 12 de junio de 2014

LAS DUDAS DE DURAN


Duran i Lleida pide tiempo para reflexionar sobre su papel en CIU. Sin duda es hombre más cabal que su socio el Mas hortera todavía, y sabe jugar con los tiempos hasta la exasperación. Lo que pasa es que en la dulce Cataluña han mareado demasiado la perdiz. Las alianzas delirantes del Tripartit han sido secundadas por la falta de seny de CIU y el resultado es que en la región más burguesa de España ya solo ganan los comunistas.

La última vez que me encontré a Duran en la calle fue en Jermyn Street, Londres. El nacionalista catalán miraba extasiado un escaparate de zapatos Church´s. A su lado había un hombre corpulento (¿el guardaespaldas?) y ambos formaban una extraña pareja mirando paletamente el escaparate, como preguntándose si podrían entrar. Lo reconocí mientras me dirigía a Davidoff, en la esquina con Saint James. Entonces me dije: he ahí un burócrata español a punto de gastar ese dinero público que no es de nadie.

 Estuve un buen rato escogiendo puros. El encargado jefe, un viejo encantador con arrugado rostro de galápago, enseguida intuyó que no podría colocarme los cigarros dominicanos que  hoy fabrica su casa, así que guiñó un ojo mientras me abría la puertas de una cava habanera formidable. Bolívar, Juan López, Larrañaga y Partagás fueron mis elecciones. Después el viejo me recomendó una pipa para las cortas fumadas a la salida del pub, pues en Londres también prohíben fumar, y me obsequió con una aromática mezcla, especial de a casa, de tabaco de Virginia y Latakia.

Pues bien, a la salida de Davidoff, mientras caminaba con un fragante tabaco encendido, ¡volví a encontrarme a Durán frente al mismo escaparate!

Las nubes del puro le hicieron parpadear. Cuba, la divina isla caribeña crisol de mil razas, fue amada por muchos catalanes que allí hicieron negocio y placer. Se sentían orgullosos de su origen y destino, sin hacer palurdos separatismos. Amaban las mulatas, el ron, los puros y las lenguas española y catalana. 

Pero a Durán no se le contagió el cosmopolitismo. El político continuaba mirando el escaparate. Era demasiado ridículo, así que yo seguí mi camino. Por eso mismo pienso hoy, cuando el político pide tiempo, en que va para largo y desquiciará a sus socios radicales, los mismos que pretenden anexionarse Baleares sin consulta alguna.

Además, abandonar la suite del Palace madrileño resulta más difícil que entrar en una tienda de zapatos.

 

lunes, 2 de junio de 2014

RAMÓN LLUL EN EL BAR


El Bloody Mary del moderno Saint Regis de Singapur—el hotel más caro de Asia, según gustan informar los taxistas de una ciudad aséptica donde nadie fuma ni se ven pobres—es magnífico. Conserva fielmente la fórmula inventada para conjurar las tormentosas resacas de monsieur Petiot, barman del S. Regis de Nueva York.

Sin embargo es en el Raffles, con su armoniosa arquitectura colonial, donde se está realmente a gusto. (¡A ver si se enteran de una vez los prostituidos arquitectos sin gusto, sentido ni sensibilidad!). Eso sí, hay que evitar las aglomeraciones de hordas australianas devoradoras de cacahuetes, y pasar al Writers Bar, santuario sagrado cuya entrada guarda un elegante sikh.

“¿Es usted huésped del hotel sir?”. “No, pero soy escritor”. “Adelante entonces”, me dice el guerrero hindú mientras cierra el paso al australiano en pantalón corto, un bárbaro que no ha leído a Kipling, Conrad ni Maugham, un patán que ignora la contraseña para entrar al olimpo.

Una vez en el bar hay que olvidarse del Singapur Sling (un coctel con más mezcla que la tripulación de un mercante panameño) y pedir un gin tonic con dosis triple de ginebra. Esa es la bebida que permitió a los puritanos ingleses conquistar medio mundo bajo la bandera del progreso y la revolución industrial. La ginebra y la tónica son una medicina deliciosa para conjurar las maladies tropicales y además te ponen en sintonía cósmica, apreciando mejor el paso ingrávido de las fascinantes malayas y el lenguaje de sus misteriosas miradas.

En el bar encontré a un investigador armenio bebiendo un ricard. Al enterarse que yo era español, me habló con pasión de Ramón Llul: “¡Fue el primero en escribir sobre la destilación del alcohol! También era viajero y recorrió los países musulmanes porque quería unificar las tres religiones: judía, musulmana y cristiana, para lo cual había preparado el terreno el obispo de la Seu de Urgell del año 800, Félix, quien junto al primado de Toledo, Elijando, proponían la doctrina del Adopcionismo: que Jesucristo era hijo adoptivo de Dios y no Dios mismo. Eso era importantísimo porque hubiera permitido entenderse con los musulmanes, que también consideran a Jesús un personaje extraordinario, pero no divino.”

El armenio estaba en Singapur buscando restos de la tradición cristiana en Oriente, contrastando las teorías de que Santo Tomás murió en la India o que incluso el mismísimo Jesús emigró allí tras su resurrección.

Y bebía ricard como si no hubiera un mañana. 

lunes, 26 de mayo de 2014

AMOR Y LENGUA

 

Pese a la obcecación de algunos pulgarcitos tribales, en las cosmopolitas Baleares tenemos una diversidad lingüística realmente maravillosa. A no ser que sean nacionalistas, es incomprensible que les moleste que se pueda tener la opción de estudiar en español; a no ser que sean terriblemente provincianos es inexplicable que critiquen la formación en esa lengua bárbara que es el inglés, pero que hoy abre útilmente las puertas del mundo comerciante. Es curioso tal empecinamiento cuando hay estudios de la UIB que revelan que en Baleares se hablan hasta 160 lenguas diferentes.

Según la Biblia in illo témpore los hombres nos entendíamos en una sola lengua, pero entonces nos volvimos vanidosos y quisimos echar un pulso al justiciero Dios del Antiguo Testamento con la Torre de Babel, el antepasado de los modernos pepinos arquitectónicos.

Las consecuencias son conocidas: la torre se despeñó al tiempo que los hombres empezaron a hablar lenguas diferentes, se dividieron aún más en sectas y tribus y, aburridos, se lanzaron a la guerra. Algunos antropólogos esotéricos opinan que antes podíamos comunicarnos telepáticamente y que por eso hablábamos el mismo idioma, incluso con el resto de animales. Fue un don que se perdió y hoy sólo el que bebe de la sangre del dragón puede entender el lenguaje de los pájaros.

Aunque es agradable sentirse amado en lenguas diferentes. Cada vez que critico la espantosa sonoridad de un determinado idioma, milagrosamente sucede que conozco a alguien deseable que me habla de amor en esa precisa lengua. Y entonces cambio mi opinión, porque no existe idioma que no se torne hermoso cuando se habla amorosamente.

La voz es fundamental porque muestra el alma. Esto es sabido por los estudiosos del canto. Una voz pura, como la de Maria Callas, es un regalo divino. Hoy muchos cantantes enmascaran demasiado su voz porque no llegan a dar las notas, y el resultado es falso y enerva aunque engañe a los duros de oído. Lo fundamental es sacar la voz que cada uno llevamos dentro, que siempre es atractiva cuando es auténtica. Las palabras pueden engañar pero los matices de la voz, para quien sabe escuchar, revelan mucho de la persona aunque no se entienda lo que habla.

Las diversas lenguas son una inmensa riqueza cultural además de una magnífica gimnasia mental. Debemos mimarlas, pero no utilizarlas como hacha divisor, tal y como hacen las folclóricas regionalistas, quienes destrozan todo hechizo sonoro hablando a gritos.

El canto merece ser asignatura obligatoria.

 

jueves, 22 de mayo de 2014


STRIPTEASE  ESCALOFRIANTE

El hallazgo de un mortero de la Guerra Civil en un jardín de Menorca me recuerda a una historia de un tío abuelo, marino y coleccionista de armas, que tenía una bomba de la Grande Armée de Napoleón junto a la chimenea de su casa. La bomba terminó por estallar y a al tío le llamaban en familia la última víctima de la Guerra de Independencia. El susto le animó a casarse, ya cumplidos los setenta.

Durante la lucha contra Napoleón y su hermano, Pepe Botella, cuando Castaños derrotó en Bailén al ejército de Dupont (“Monsieur, os entrego esta espada que ha ganado más de cien batallas”. “Pues yo es la primera que gano.”, dialogaron ambos generales), España deseaba a un rey que resultó nefasto después de ser prisionero de Talleyrand, un cínico genial (“La traición es una simple cuestión de fechas”, decía a sus queridas) que también jugó con  la Revolución, el Terror, Bonaparte y Luis XVIII.

España hoy tiene un gran rey—salvo para puritanos y freewillys su balance es abrumadoramente positivo—y unos políticos nefastos. Los debates muestran una gente terriblemente mediocre, incapaz siquiera de adornarse con la picardía que se presume a los bandoleros. No van más allá de mostrar las estadísticas que pueden beneficiarles. Pero ya Winston Churchill decía que las estadísticas son como un bikini: Muestran datos interesantes, pero esconden lo realmente importante.

Nuestros políticos desnudan sus carencias cada vez que se salen de un mitin. Pero es un striptease escalofriante. Parecen marcianos que nada tienen que ver con la sociedad que representan. Y lo terrible es que cada vez son más. Por eso mismo, tal y como decía el Marx bueno (Groucho), deben buscar problemas, encontrarlos, emitir diagnósticos falsos y aplicar soluciones equivocadas.

Uno que también se desnuda es Albert Rivera. Pero lo hace inteligentemente. Muchos populares y socialistas directamente querrían encerrarle en el castillo de Bellver, como a Jovellanos, pero Rivera se resiste y va ganando votos porque habla valiente y con sentido común. Dicen que lo suyo es una utopía, pero ya es la tercera fuerza de Cataluña. Es el único que crea ilusión y amarga el sueño de Rosa Díez, quien se negó a pactar con él por no considerarle serio. Gravísimo error de la perseguidora de Mingote. El ego, ese pequeño argentino que todos llevamos dentro, impidió a Díez asociarse con alguien que la haría sombra. Hoy serían la alternativa al bipartidismo paquidérmico.

 

jueves, 15 de mayo de 2014

CORTEJO MEDIEVAL


El viajero siempre encuentra aventuras al subir a Dalt Vila, la polis más antigua de las Islas Baleares, habitualmente bronceada de silencios pero que estos días toma un baño de multitudes y bulle inmersa en una feria medieval tan postiza como divertida.

Al escalar las cuestas de la ciudad vieja te das da cuenta que los de antes debían estar muy en forma, no necesitaban suplementos vitamínicos, ni hacer footing o ciclismo espantosamente ataviados con mallas fosforescentes.

A no ser que uno siga el delirante entrenamiento del gallego Ricardo Fernández, a base de nécoras y ribeiro, que marcha el domingo a correr veintiún kilómetros por la ardiente Formentera (ya son ganas y aficiones masoquistas, pero cada uno es como Dios le ha hecho y a veces incluso peor), la subida al magnífico Dalt Vila es una dura prueba en la que son fundamentales las tabernas que acogen al peregrino como un oasis en el desierto.

Los mercadillos y los escotes de las mozas también resultan un magnífico empuje. Luego, cuando se ha coronado algún baluarte, invade un olor a fritanga de calamares, morcilla, chorizo y un gentío que por su apetito pantagruélico parece que lleva pasando hambre generaciones.

Mi aventura comenzó cuando en el Montesol, tomando un vodkatonic (han puesto aberrantes sillas de plástico, pero al menos siguen trayendo la botella a la mesa para servir la copa como Dios manda), una estarlette, una mis Mayo de no hace demasiados años, se sentó a mi lado para beber su ginebra. Naturalmente la charla fue ayudada por las brumas etílicas—lo que el alcohol ha unido, que no lo separe el hombre—y decidimos dar un  paseo medieval, con este nada humilde cronista proyectando su derecho de pernada.

El paseo fue magnífico y agotador, pero las bien torneadas piernas de miss Mayo realmente eran un aliciente que daba alas. Debo señalar que las bestias que descansaban en una especie de pesebre eran los seres que mejor olían de toda la feria. Pero era un gustazo sensorial y colorido caminar por un Dalt Vila tan animado, ya libre de políticos con más hambre de foto que cualquier aspirante a actriz.

Naturalmente dejé rienda suelta a mi pasión y la bofetada—no se ganan tesoros sin riesgo—fue más moderna que medieval. Así que deambulé como alma en pena hasta el bar Pereira, donde la noche siempre es joven, y la música en vivo ahuyenta cualquier tristeza. Era medianoche y los políticos empezaron a pegar su jeta electoral en los carteles.

martes, 6 de mayo de 2014

 NAVAJAS Y DESNUDOS

L`adolescence
Antes de regresar a mi isla, he dado una vuelta hechicera por Sevilla, una de las capitales aromáticas y mágicas del mundo sensual—aquí hasta las memorias de ultratumba continúan suspirando—,  donde es fácil enamorarse en una noche o ser apuñalado en el corazón.

Paseando a la vera del Guadalquivir, bajo la Torre del Oro, una gitana de ojos verdes quiso leerme la mano. Olía a romero y esgrimía una deslumbrante sonrisa de media luna y cimitarra. Su elegancia romaní eclipsaba al rebaño de turistas que marchan en uniformizados vaqueros y atroces camisetas con mensajes masificados. Yo deambulaba con una resaca de nueve puntos en la escala Richter y su magia era precisamente lo que necesitaba para conjurar los tambores de Little Big Horn, que martilleaban mi cabeza.

Lo que vio en la mano, no lo puedo contar, pero la suerte hizo que esa criatura lunática me acompañase en mi paseo sevillano. Bebíamos en cada taberna los vinos del Sur y sus ojos se tornaban de un verde opalescente. “Y loca de horizonte mezcla en su vino lo amargo de Don Juan y lo perfecto de Dioniso”.

Anduvimos tambaleantes y jacarandosos y cuando un ser abominable quiso violarnos con una furtiva foto, la gitana pegó un soberbio guantazo a la cámara impertinente, que salió por los aires. ¡One photo, hundred euros!, espetó al triste ser que salió huyendo gritando: ¡Police, police! Lo cual me pareció muy bien, pues detesto a los que creen tener derecho de foto sobre todo, los mismos que se pierden la realidad tratando de congelarla.

La gitana me explicó que desprecia la fotografía tanto como ama la pintura. Es una cuestión poética. Así que seguimos nuestro paseo y farra y, rodeando fervorosamente la catedral, nos metimos en la Casa de la Provincia para admirar la exposición (borrachera y arte van de la mano) de la mallorquina Mercedes Gómez Pablos, “una de las pintoras más libres y divertidas de la historia” (Mingote), “con su epifanía de la materia cada vez más cruda, castigada y cierta” (Umbral), a la que han cantado Cela, Malraux, Neruda, Valente, Bergamín, Hierro…

Ahí estaban el Vedrá y el Colomer, y yo quería sumergirme en sus abismos azules, las flores envenenadas, los desnudos gimientes y orgullosos, y una Jacinta diosa del eterno femenino no apto para tibios y prudentes.  La gitana tuvo un súbito ataque de celos y abrió una navaja. Pero no pudo destrozar el cuadro y yo luzco ahora una nueva cicatriz.

 

miércoles, 23 de abril de 2014


GOZO Y LITERATURA
Desnudo del perro blanco
En mañanas como hoy uno de los santos cristianos más paganos, San Jorge, seguirá matando al dragón de la vulgaridad y liberando a doncellas de rosas sangrantes. La literatura estimula la imaginación y el intelecto, permite vivir mil vidas y exorciza el pensamiento único del mundo uniformizado que pregonan los taimados políticos y ayatolás tribales. Esclavo es el incapaz de hacer poesía.

En los años del zoteparismo, una memaministra condenó Memorias de mis putas tristes, del mago Gabo, porque, según ella, alentaba la pedofilia. ¡Qué abominable es eso de la corrección política! A García Márquez no pueden admirarle unos porque era amigo de Fidel Castro. Otros impiden homenajes a Agustín Foxá porque compuso el cara al sol junto a José Antonio Primo de Rivera. ¡Qué mentes pequeñitas y corazones tan mezquinos tienen los burrócratas que pretenden dictarnos qué leer!

Algunos bolas tristes y modernos savonarolas dicen que el libro está condenado a muerte. Les interesa matar las ilusiones o derrotar al sereno escepticismo que regala la lectura para combatir a los patanes del poder.

Los planes de estudio son delirantes y mandan leer a los jóvenes unas obras enemigas de la vida para transformarlos en cotizantes zombies. Piensan que así lograrán que ya no lean más, que se esclavizarán cibernéticamente y su cultura no vaya más allá de las revistas de portera o una televisión absurda. Pero no podrán. Mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía!, como cantaba el romántico y libertino Bécquer. Que escapen de las aulas y marchen a la naturaleza con un buen libro en sus manos, que se tiendan bajo un pino y duerman siesta pánica, vislumbren el rayo verde y se enamoren de nuevo de la vida.

Vivir bien es mejor que vivir, decía Aristóteles. Los libertinos eran mucho más profundos de lo que lo que creían los meapilas y valoraban el bel esprit. Ser alegre, vivaz, estar lleno de fuego, gozar de la buena compañía y la conversación. Y a todo eso ayuda la lectura, que nos eleva sobre el más bajo denominador común de esta era socialista.

A la hora de leer es bueno, como recomendaba Ovidio, perseguir el placer. Flaubert recomendaba acercarse a Montaigne de la siguiente  manera: “No leas como hacen los niños, por diversión, ni tampoco como los ambiciosos, para instruirte. No, debes leerlo para vivir.”

Y la vida bullirá en esta mañana de libros y rosas y los libros salvarán más corazones que todos los médicos y psicólogos juntos.